29 de octubre de 2008

Día de Muertos



(Fotografía: "Tumbas", Ramiro Rodríguez)

Estás sentado frente a la tumba de tu madre. Son los últimos días de octubre. Aunque la mañana está fría, decides anticipar la visita para evitar los tumultos del Día de Muertos. Sientes en tu rostro la llovizna, pero no te aparta de tus pensamientos y tu visita, más que una visita, es un escape. Mientras divagas con la mirada perdida en el pasto de la tumba de tu madre (1) el llanto muerde tu sonrisa, el arrepentimiento se hace presente. Fuiste mal hijo y te estruja, te lacera un pasado en el que la vanidad y el egoísmo fueron tu vestimenta (2). Si fuera por ti, le cambiarías el lugar a tu madre. Darías todo, hasta lo que no tienes, por verla surgir del vientre de la tierra. Cuando alguien que amas muere, una parte de ti se va con ella (3). Pero algo en ti te reconforta. Sabes que ella te perdona, que desde el espacio en que se encuentra bendice tu camino. Cede tu pesar (4) y llega la paz que sentiste en su vientre, el calor de sus manos en tu rostro, la alegría de su voz en tus oídos (5). Te pones de pie. Mañana las cosas serán distintas. (6)

Autores:
(1) Gustavo Farías
(2) Ismael Rubio Torres
(3) Anónimo
(4) Conchita Hinojosa
(5) Rosy Cisneros Blancas
(6) Ramiro Rodríguez

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