30 de julio de 2008

Espectros Alados


Poema colectivo del 29 de julio, 2008.

Los escucho, se acercan entre las sombras
al néctar de mi sangre, desesperan, agobian,
mi quietud se aleja en barcaza, en tormenta, (1)
en un viento desolado que hurta al sueño.
Los escucho, espectros alados que surgen
del agua para alzar habitaciones en el cuerpo, (2)
acechanza kamikaze, misión impensada,
genes soliviantados por recompensa carmesí, (3)
se funden en sueños húmedos
arrastrando sentidos deformes. (4)

Autores:
(1) Carlos Ernesto De la Rosa García
(2) Ramiro Rodríguez
(3) Anónimo
(4) Conchita Hinojosa

28 de julio de 2008

Entre Moscas y Mosquitos



Por Alejandro Rosales Lugo.

Entre moscas pedorras y mosquitos culeros. Y no se ponga usted, mi lector y lectora, enojosos por los términos, pero moscas las hay en la vida diaria y más allá. Tito Monterroso, mi profesor de letras en la UNAM, nos decía: “en la vida hay tres grandes temas: el amor, la muerte y las moscas”. Más tarde recogeríamos esas visiones en libro. Monterroso, bajito, se autonombraba “Embajador de los Países Bajos”. Su clase era en los pasillos, en las bancas de la Facultad de Filosofía y Letras, con un humor negro como hábito y la fatalidad como dulzura. Así que no se espante y no mueva alas en balde, las moscas pedorras existen y caen bien gordas por diminutas que sean. Y ahora con las aguas, las moscas pedorras y moscos culeros han invadido la ciudad. Son moscas que joden y joden al son de los moscos del dengue y demás correrías que trae la lluvia y la tormentosa Dolly, que seguramente tiene hasta el cogote a los pobres habitantes de Matamoros, Mante y Tampico.

Las moscas pedorras han llegado a Victoria con sus "maldeojos", así se dice cuando nos llenamos de lagañas. Las moscas pedorras y las moscas culeras están que brotan cuando vamos a las bodas de rancho y nos atacan los ojos antes de echarnos la del estribo o mucho antes de aventarnos el fideo duro y sabroso que acostumbran en los ejidos y ranchos cuando hay pedo en el ejido. Las moscas culeras se parecen a las pedorras, son diminutas y molestonas, se prenden a los ojillos del ojo y producen lagrimeo. Cuando estamos en plena boda y baile bucólico, las pedorras y culeras nos invaden de volada la barbacoa y el arroz, le tenemos que apurar a la comedera para no vernos alcanzados por la mancha pedorra y culera. Nosotros, mi familia y yo, como tenemos experiencia en comidas de rancho, nunca esperamos que nos sirvan. Nos vamos sobre el pozo de la dicha de barbacoa y le atoramos, porque sabemos por experiencia que las moscas pedorras y culeras nos dejarán el rabo del ojo como cantimplora de Kity de Hoyos. Por eso, con las lluvias y ciclones, se dejan caer las moscas, las de la barbacoa que se viene con cebo de perro muerto y vaca estirada y con los olores de los inodoros o exinodoros de pozo. Además, se viene el zancudo del dengue con todo y Dámaso Pérez Prado.

Así que no deje a los niños y niñas solanos, no se deje en la maraña de moscas pedorras y culeras, y menos tsé-tsé, pero nos puede pegar el mal del sueño.

Imagen: acevedo-celis.blogspot.com

22 de julio de 2008

Huracán


Poema colectivo del 22 de julio, 2008.

Revolviéndote con suavidad llegas a mi noche,
me entregas el mármol de corpóreas nubes
y llueven gotas cálidas,
llueven de la lluvia que inunda mi cabello, (1)
se asoman brisas que atropellan mis sentidos.
Te percibo impávida.
Tu furia se posa en fronteras solitarias. (2)
Y al inundarme en el vértigo de las tempestades,
surges con la fuerza astral de la geografía,
me arrasas como huracán embravecido
y fecundas mis tierras
y se olvidan los siglos. (3)

Autores:
(1) Carlos Ernesto De la Rosa García
(2) Conchita Hinojosa
(3) Ramiro Rodríguez

16 de julio de 2008

Canícula

Poema colectivo del 15 de julio, 2008.


Alineación de astros al fuego del verano,
cuerpos de agua en su océano interior.
Pasión más allá de la piel, calor de vida,
don esencial del ser… Soy lo que siento. (1)
Contrasta el ansia de días de invierno,
desliza el Sol su caricia, bulle mi letargo,
danza en mí el verano con sus noches,
ansia de frescura de repentinos vientos. (2)
Sucumbo al calor del entorno,
sudor que escurre en despliegue de tu aroma (3)
y culmina en el limbo de un eclipse canicular. (4)

Autores:
(1) Anónimo
(2) Carlos Ernesto De la Rosa García
(3) Ruth Martínez Meraz
(4) Ramiro Rodríguez