Por: Ramiro Rodríguez
Si pienso en ti, Matamoros,
la ausencia se me
entorpece,
nostalgia en penumbras
crece
cuando enmudecen los
coros.
Muere el discurso en los
foros
y mueren sonidos graves,
se marchan del puerto
naves
cuando en la sangre
padezco;
yo, Matamoros, te
ofrezco
mi voz desnuda en las
aves.