29 de septiembre de 2009

El Cobijo De La Palabra




Como preludio del otoño, septiembre comenzó deshojando textos: Voces de Barlovento, la editorial independiente de Tampico, presentó el poemario Tiempo sin Orillas, de Marisol Vera. La cita fue en la Casa de la Cultura del puerto, en el espacio de la Biblioteca Municipal Isaura Calderón. El excelente trabajo de Marisol contó con la presentación de los escritores Eduardo Uribe, Arturo Castillo y como moderadora, la responsable de este advenimiento editorial, Ana Elena Díaz Alejo, quien, lo digo de paso, es algo así como hada madrina o hechicera a favor de las letras: ¡Ábrete libro! Nos dice con sus seminarios, talleres, grupo de lectura en voz alta, conferencias o la editorial que coordina. Admiro de la Doctora Ana Elena, esa manera de meternos el hombro, de hacernos mejores escritores o lectores o ambas cosas.

Desde aquella ribera pregunta Marisol: “¿sabes a dónde hay que acudir para buscar un espacio? Me gustaría hacer una presentación en Ciudad Victoria...” Y aunque sé de las oficinas estatales o municipales promotoras de cultura y artes... aunque le dije de ellas, le mencioné también a la UAT, otras universidades privadas y hasta la oficina encargada del festejo del bicentenario... ¿Quién le da cobijo a la poesía? Tiempo sin orillas bien vale la apuesta.

Alejandro Rosales no se estuvo quieto este mes que ya termina. Llevó a los locos, cuerdos y sabios de su libro Personajes de mi ciudad, de la costa a la frontera. El artista, que redacta hasta la introducción de su libro, deja claro en la contraportada de esta obra, que aunque fue beneficiado con un monto económico coordinado a través del ITCA, la edición es posible también gracias a sus recursos como autor. No hay de otra.

Cosmogonía de la palabra, de Ramiro Rodríguez, abre ahora el otoño presentándose el martes 6 de octubre en el café literario de la Universidad de Texas en Brownsville, para luego hacer el vuelo hasta Tierra Tinta, el Congreso de literatura convocado por la Universidad de Oklahoma. Ese libro que expone la visión personal del escritor acerca del poema, también puede decirnos de la publicación y los autores, ya que fue posible editarlo con el estímulo económico recibido al otorgársele el primer lugar a otro de sus trabajos poéticos en el concurso Altaír Tejeda de Tamez 2008, convocado por la Secretaría de Educación de Tamaulipas. Del mismo verso, salen las correas.

Posdata: Hubo un tiempo en que las presentaciones de autor me deprimían. Por un lado, me hacían pensar en el abandono de las instituciones y del mercado; en lo marginal de la literatura. Por otro, eso de autopublicarse me parecía conducta cercana al onanismo. Un estridente ego dando bofetadas al que se le pusiera enfrente. Sin embargo, el tiempo (y este despoblado de talleres literarios, círculos de lectura, encuentros, concursos, ediciones, librerías, presupuesto... hasta de titular en el departamento oficial encargado de las ediciones literarias) me ha enseñado a ver el otro rostro de esos libros escritos, diseñados, revisados, costeados, presentados, distribuidos y con la promoción a cargo del propio autor: compromiso. Por ahora ¿Quién más pide la palabra?


Nota tomada del Expreso Online, Ciudad Victoria.
29 de septiembre, 2009.

1 comentario:

  1. nada mejor que el onanismo literario para los que amamos el sabor de la tinta

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