(25 de marzo, 1926 – 19 de marzo, 1999)
Poeta y político mexicano.
El pasado 6 de abril, durante la sesión del Ateneo Literario José Arrese, se leyeron algunos textos de Jaime Sabines. Después de comentar y analizar parte de la obra poética del hombre originario de Chiapas, los escritores nos dimos a la tarea de creatividad con los siguientes resultados.
GRANATE – Carlos Ernesto Dramante
Recuerdo que besas como si mordieras uvas.
Jaime Sabines
No sé si porque leías mis manos
—y nos viste lejanos en el futuro—
devorabas mi sabor para aguantar el viaje
o querías verme años más tarde
con las marcas como fuente de néctar tuyo
brotando en la mordida granate
pero besabas tan fuerte
y con todos los poros
que toda mi sangre se quedó en tu boca
yo sonreía con dolor de triunfo
te buscaba
y tú redimías mis viñedos
permanecías graciosa coqueta
yo adolorido morados los labios
con ojos de niño
te pedí sin miedo en cada faena
que me besaras de nuevo.
UNO TRATA DE HERIR – Antonio Quintero
Trato de escribir
que te amo
Jaime Sabines
Unas letras
con oficios de urgencia
llegan a tu casa
que es tu alma,
que es tu vida,
para comunicar
—como si la mujer preñada
tuviera la necesidad
de explicar sus motivos—
que no te amo,
que ya no más el hechizo
o el lazo de Afrodita
une mi corazón al tuyo.
Y eso es todo.
Sé que nada dirás
en el momento;
sólo tu rostro mostrará
un rubor que nace
en el fondo de tu sangre.
Sé que leerás con calma
esta no declaración de amor
y un mar de recuerdos
inundará tus ojos.
Pero así es esto,
ex amada mía.
De pronto amanecí
con ganas de contar
esta verdad que duele,
que no cesa de agitar
su bandera de anarquista.
Trato de decir,
intento escribir
—y he ahí el artificio—
que ya no más el amor
es el nombre de mi sueño.
Eso es todo.
Por lo demás no me odies.
Cuando menos, no tanto,
como el huracán que arrasa
las flores de ese vergel
que tanto amas.
PALABRAS – Ramiro Rodríguez
el pudor del silencio
Jaime Sabines
I
Si tú te duermes en el silencio
las palabras se vuelven hojarasca
los peces se agigantan
para agitar el rumbo de los vientos.
Si tú te rompes en el silencio
crujen las paredes
las lenguas serpentean en el espejo
para adentrarse en el pudor del sueño.
Si tú te extingues en el silencio
yo soy el silencio del verbo.
II
trepan a la garganta
Jaime Sabines
Las palabras palpitan como enjambre
en el traspatio vacío de la garganta
se desbocan como bestias en las paredes del viento
se deshuesan
se rompen como ventanas agitadas
una tarde de huracanes.
Las palabras no son barcas tierra adentro
no estrellas dormidas
no conciertos abstractos en el llanto de relojes
no árboles sin cuerpo
—deshojados en el otoño.
Son llave maestra por la bondad de Dios
las palabras abren las puertas de piedra del sueño
fundan sus templos de soledades en la garganta
transforman las raíces de los árboles
en suspiro de agua.
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